sábado, 26 de enero de 2013

Dave Grohl, más grande que el mito


Si alguna vez me dieran a elegir la banda sonora para cada una de las etapas de mi vida, diría sin vacilación que durante mi adolescencia fue Nevermind de Nirvana. Para mí la música tomó otro rumbo cuando escuché el álbum completo a los 12 años, a pesar de que Kurt Cobain llevaba un buen tiempo de estar muerto. La nostalgia de no haber vivido ese momento y de haber llegado tarde me sumió en una melancolía que creo que me marcó musicalmente por mucho tiempo.

En ese transcurrir de los años dolientes, escuché canciones de tiempo pasados y me quedé inmerso en la que aún sigo considerando como la última contracultura del rock, el grunge. Sin embargo creo que en todo ese proceso siempre menosprecié lo grandioso que es como músico Dave Grohl. Siempre lo consideré una parte importante de Nirvana, ya que había sido el único baterista en consolidarse con la banda, pero observé con ojos distantes a Foo Fighters y nunca comprendí su capacidad hasta que me di a la tarea de escuchar de principio a fin su último álbum Wasting Light

Sé que llegue un poco tarde a esto, ya que el álbum salió en el año 2011 pero recuerdo que lo escuché apenas salió y solamente me gustó una canción, la segunda titulada Rope. No le di más oportunidades y lo olvidé hasta que en el 2012 observé como le otorgaban el premio grammy como mejor album rock. Me extrañó que en una época de bandas orgánicas, jóvenes, indies y demás adjetivos frescos, un viejo zorro como Grohl se llevara todo ese reconocimiento. Por lo tanto volví a escuchar el disco y comencé a comprender cómo echaba de menos esos sonidos pesados, esos gritos agudos y el sonido de una buena batería.

La verdad es que el ocaso de la industria y esta nueva era del do it yourself nos han acostumbrado a un rock un poco más suave, donde los rockstars se esconden bajo el halo de chicos nerds con barbas de una semana, peinados a medio hacer, pantalones entubados hasta cortar la circulación y un sabor a refrito en la boca de los oyentes. La verdad es que este último álbum de Foo Fighters significó el establecimiento de ellos como una banda de rock de grandes ligas, cuando algunos hablan de la verdadera esencia del rock en bandas como Black Keys, no se percatan de la importancia de personajes en la música como Dave Grohl.

Creo que no hay una formula puntual para el éxito pero algo cierto es que la colaboración entre Butch Vig y Grohl era algo que tenía que terminar en un buen producto. Sobretodo pesa mucho el bajo de Krist Novoselic en la canción I should have known, las líricas de Bob Mould en Rosemary y el regreso de Pat Smears a la banda. Además el hecho de haber grabado todo en cinta sin Pro Tools y en el garaje de la casa de Grohl, hicieron definitivamente que este proyecto se convirtiera en algo épico. 

Al ver el documental Back and Forth me percaté de la tenacidad que ha tenido Grohl y que su vida no acabó con el suicidio de Cobain en el 1994 sino que lo inspiró a hacer algo mucho mejor. Es increíble como alguien se repone de un golpe tan duro y a su vez se lanza a iniciar un proyecto propio. El hecho de enterarme que Grohl le dijo no a Tom Petty y que haya grabado él solo todo el álbum debut de los Foo Fighters me demuestra su virtuosismo.

Todos estos aspectos me han hecho ver a Foo Fighters desde otro ángulo. Alguna vez Andrew Oldham me dijo que era mejor creer en el mito de las cosas más que en la verdad, un fanático jamás debe preguntarse por ejemplo si Cobain realmente se suicidó o lo mataron. Algo que definitivamente queremos creer los verdaderos fanáticos de Nirvana es que realmente tuvo la decisión de acabar con su vida y no terminar supuestamente vendido a la industria. Ese es el mito.

Ahora para mí Dave Grohl va más allá y ha hecho algo que se ha ido instaurando en el tiempo casi que sin percatarnos. Su banda tiene una discografía amplia y acabó de firmar quizá el mejor álbum de todo su repertorio. 

No tengo que hablar más del hombre que también sigue colaborando con Queens of the Stone Age y Them Crooked Vultures. El baterista extraordinario que también compone y ha sido el cerebro de una de las bandas decanas del rock actualmente. Me parece triste que me haya tomado tanto tiempo percatarme de este asunto, pero nunca es tarde para darle el crédito. Definitivamente es mejor cuando se cree en el mito, pero resulta más gratificante cuando de ese mito surge otra leyenda.